Historia de guerra
Esa era la primera misión de la tripulación del “Ye Olde Pub” y el objetivo era la fábrica de los Focke-Wulf Fw.190 en Bremen
Esta historia comenzó el 20 de diciembre de 1943, cuando, después de un bombardeo sobre Bremen, el Boeing B-17F Flying Fortress (bautizado "Ye Olde Pub") sufrió graves daños producidos por la artillería antiaérea y los cazas alemanes.
El 2o teniente Charles "Charlie" Brown ("un chico del campo, de Weston, Virginia Occidental", en sus propias palabras) era piloto de B-17F en el 379º Escuadrón de Bombarderos de la 8ª Fuerza Aérea, de las Fuerzas Aéreas del Ejército de los Estados Unidos (USAAF), en la Base de la RAF Kimbolton en Inglaterra.
Esa era la primera misión de la tripulación del “Ye Olde Pub” y el objetivo era la fábrica de los Focke-Wulf Fw.190 en Bremen. Los hombres del 379º Escuadrón de Bombarderos fueron informados en el “briefing” que podrían encontrar centenas de cazas alemanes y que Bremen estaba protegida por 250 baterías antiaéreas. La posición del “Ye Olde Pub” en la misión era en el "Purple Heart Corner" (“Esquina del corazón purpura”, en una traducción libre) un punto del borde de la formación que era considerado especialmente peligroso.
El B-17 de Brown comenzó su bombardeo de 10 minutos a 8.300 m con una temperatura exterior de -60°C. Antes del avión soltar su carga de bombas, la artillería antiaérea destruyó la nariz de plexiglás, el motor no 2 y dañó más al no 4, que ya no estaba en buenas condiciones, teniendo que ser continuamente desacelerado para evitar el exceso de rotaciones. Los daños dejaron más lento al bombardero y Brown no pudo mantener su lugar en la formación quedando rezagado, un blanco más fácil para los más de 10 cazas enemigos (Messerschmitt Bf.109 y Focke-Wulf Fw.190) que lo ametrallaron durante varios minutos.
El motor no 3 quedó con la mitad de la potencia, (después de lo cual el B-17 quedó con menos de 40% de su potencia total). El sistema hidráulico, el eléctrico, el de oxígeno y el radio fueron destruidos; el avión perdió la mitad del timón y el estabilizador derecho, además de parte de la nariz. De las 11 ametralladoras, el avión quedó, para defensa, apenas con las dos de la torreta dorsal y una delantera. Era difícil creer que se mantuviera volando. La mayoría de la tripulación estaba herida: el artillero de cola, el bombardero y el copiloto habían muerto, el artillero derecho y el operador de radio estaban gravemente heridos y Brown había llevado un tiro en el hombro. Las ampollas de morfina se habían congelado, lo que dificultó el tratamiento de los heridos.
El destrozado bombardero de Brown fue visto por pilotos de una base alemana, incluyendo Franz Stigler, cuyo Messerschmitt Bf 109 G-6 estaba siendo reabastecido y rearmado. Stigler despegó y rápidamente alcanzó al bombardero americano. Através de la destrozada estructura del avión, Stigler pudo ver las terribles condiciones de la tripulación. Para sorpresa del piloto americano, el alemán no abrió fuego contra su bombardero.
Franz Stigler, un ex piloto comercial, oriundo de Bavaria, era un veterano piloto de caza de la Luftwaffe sirviendo en el Jagdgeschwader 27; en aquellos días, contaba con 22 victorias aéreas y si derribase otro bombardero enemigo recibiría la Cruz de Caballero, pero en aquel momento Stigler recordó las palabras de Gustav Rödel, uno de sus oficiales comandantes durante la campaña del Norte de África. “Si alguna vez veo u oigo decir que alguno de ustedes disparó contra un piloto enemigo cayendo en paracaídas, yo mismo lo mato". Años más tarde, Stigler comentaría: "Paras mí fue como si viese a aquellos hombres en un paracaídas, no podría disparar contra ellos."
Por dos veces, Stigler intentó hacer con que Brown aterrizase en un aeropuerto alemán y se rindiese, o dirigirlo para la cercana y neutral Suecia, donde él y su tripulación podrían recibir tratamiento médico y permanecer internados hasta el final de la guerra. Pero por señas, Brown insistía en seguir para Inglaterra. Stigler se aproximó entonces lo más posible del ala izquierda de Brown, para evitar que la artillería antiaérea disparase contra ellos y escoltó al lento B-17 sobre la costa hasta llegar a mar abierto. Cuando estuvo seguro de que se encontraban fuera del espacio aéreo alemán, Stigler se despidió con un saludo y volvió para Alemania.
Brown logró volar otros 400 km sobre el Mar del Norte y aterrizar con su B-17 en la base de la RAF en Seething, sede del 448o Escuadrón de Bombarderos y en el “debriefing” informó a sus superiores sobre como un piloto de caza alemán lo había ayudado a volver. Charlie Brown fue instruido a no repetir su historia, para no crear cualquier sentimiento positivo respecto a los pilotos enemigos. Brown llegó a comentar: “Alguien decidió que no se puede ser humano y volar en un avión alemán”. Stigler dijo que el bombardero americano había caído, sabiendo que un piloto alemán que salvase la vida de un enemigo en combate, corría el riesgo de ser ejecutado.
Stigler se mudó para Canadá en 1953 y se transformó en un exitoso hombre de negocios.
En 1986, el teniente coronel Charles Brown fue invitado a discursar en una reunión de pilotos de combate, un evento conocido como "Gathering of the Eagles (Encuentro de águilas)" en el Comando Aéreo de la Base Aérea Maxwell, en Alabama y alguien le preguntó si recordaba algún evento memorable de la Segunda Guerra Mundial. Brown pensó por un minuto and recordó la historia de la escolta y de la despedida de Stigler. De vuelta a Miami, decidió que intentaría encontrar al piloto alemán desconocido.
después, Brown recibió una carta de Stigler, que ya vivía en Canadá. "Yo era aquel piloto", decía. Cuando se hablaron por teléfono, Stigler describió su avión, la escolta y su despedida confirmando todo lo que Brown precisaba oír para saber que Stigler era el piloto alemán que lo salvara a él y a su tripulación.
Entre 1990 y 2008, Charlie Brown and Franz Stigler se convirtieron en grandes amigos y permanecieron así hasta que murieron en 2008, con unos pocos meses de diferencia.
Publicado em 11 de Octubre de 2016 a las 13:15
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